lunes, 14 de noviembre de 2016

Anciano caído

Un hombre sin alma
no es humano,
es engendro inmerecedor
de su don dado.

Asqueroso,
desagradecido,
tirando por tierra
el regalo recibido.

Pero es anciano
y no encuentra bastón
en su arrugada mano.

Tropieza y cae,
no se puede levantar,
no tiene fuerzas
ni para suplicar.

Triste y torpe
se arrastra.
Me repugna,
me desagrada.

Maldita visión
de pesadillas recurrente.
Me atormenta,
me repele.

Indeseable anciano
pobre desgraciado,
solo con una mano
a su lado
y de su mismo brazo.

                J.M.González

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